Las empresas familiares miran con optimismo el futuro económico de España, pero al mismo tiempo están preocupadas por los cambios regulatorios y abogan por una mayor seguridad jurídica. Estas son las principales conclusiones que se desprenden de la encuesta realizada entre quinientos empresarios de compañías familiares en el marco del XXVII Congreso de la Empresa Familiar celebrado en Santander los días 21 y 22 de octubre de 2024. 

Al evento, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar, han acudido 100 de las mayores empresas familiares en España (Santander, Acciona, Puig, Mercadona, Iberostar, Barceló, Gestamp…) y también algunas de las 1.800 pymes que forman parte del Instituto.

El encuentro ha reunido a más de 650 asistentes, reafirmando así su posición como el foro empresarial más importante del país. Hay que tener en cuenta que el peso específico del sector es clave para la economía española: juntas, las empresas familiares suman una facturación agregada que equivale al 30% del PIB.

Optimismo ante el futuro próximo

Si analizamos en detalle el resultado de la citada encuesta, vemos cómo los quinientos empresarios familiares que participaron en ella puntúan con un 5,5 (en una escala de entre 0 y 9 puntos) la actual situación económica de España. Esta es la valoración más alta expresada por el sector desde 2018. 

El optimismo se mantiene en las previsiones para 2025. El 59% auguró que la economía española seguirá en la senda de crecimiento, ya que registrará un moderado aumento de la actividad con una limitada creación neta de empleo. Esto es un 16% más que en el congreso de 2023 y el porcentaje más elevado desde 2017, cuando las previsiones de crecimiento llegaron al 82% de los representantes de empresas familiares consultados.

Las empresas familiares prevén crecer en ventas y generar más empleo

Las previsiones son todavía mejores cuando se trata de valorar cómo se van a comportar las ventas y el empleo a lo largo del año que viene en sus empresas. El 60% auguró un aumento de su cifra de negocio (10% más que en 2023), un 31% consideró que se mantendrá sin cambios y tan solo un 9% anticipó una reducción (5% menos que el año pasado). Este creciente optimismo es un patrón de votación que se ha repetido en los últimos cuatro congresos, desde el final de la pandemia. 

En cuanto a la creación de empleo, el 42% de las empresas familiares augura que aumentará su plantilla (5% más que en 2023), otro 48% que lo mantendrá y solo el 10% prevé una reducción. No obstante este optimismo, el sector alerta de la dificultad para encontrar personal como uno de los obstáculos con los que se encuentra habitualmente.

La amenaza de un marco jurídico demasiado cambiante

Para las compañías familiares españolas las principales amenazas para su crecimiento son los cambios regulatorios. En este sector se considera prioritario garantizar una seguridad jurídica que no ponga en peligro el ciclo económico y laboral positivo que ha encadenado la economía española desde el fin de la crisis del COVID-19. 

En esta misma línea, pero más orientado a la falta de unas reglas del juego comunes para todos, se expresó Enrico Letta. El ex primer ministro italiano señaló con el dedo en su intervención el «gran obstáculo a la integración en la UE que supone la fragmentación del sistema regulatorio y la falta de simplificación que implica tener 27 ordenamientos jurídicos aplicables a las empresas”.

En este marco regulatorio diverso y cambiante, la empresa familiar necesita contar con un asesoramiento legal especializado como el de Confianz.



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