Manuel Urrutia, director general de Confianz, consultora especializada en el asesoramiento empresarial, ha subrayado que el  mayor reto al que se enfrentan hoy las pymes vascas es la necesidad de ganar tamaño de forma rentable para asegurar la continuidad empresarial.

En su intervención en el ciclo de ponencias en torno a la empresa familiar que organiza Cebek, junto a la Cámara Bilbao, la UPV-EHU, la Diputación Foral de Bizkaia y el Fondo Social Europeo, Urrutia ha señalado que las pymes vascas operan mayoritariamente en sectores maduros de escaso crecimiento, donde la competencia es fuerte y los márgenes se resienten, por lo que cada vez resultan más necesarios los planes de continuidad. Se trata de analizar la posición competitiva de la empresa y reflexionar acerca de cómo transformarla, para lo que resulta básico integrar al equipo directivo y conectarlo con la propiedad de la compañía, así como fomentar el espíritu emprendedor en el seno de la propia pyme y retener el talento.

Entre las debilidades más frecuentes que revelan los planes de continuidad en las pymes de nuestro entorno, Urrutia citó la falta de tamaño, la falta de coordinación entre la propiedad y la gestión o la existencia de una propiedad poco comprometida y la ausencia de una sucesión clara en la dirección. En general el fortalecimiento de la posición competitiva de una pyme, afirmó Urrutia, implica llevar a cabo acciones que tengan como objetivo el crecimiento, a través de la compra de una empresa competidora, una fusión o la entrada de nuevos socios, con fórmulas como el capital-riesgo o la toma de una participación accionarial por parte de los propios directivos. Entre las acciones complementarias usuales a un plan de continuidad Urrutia destacó la valoración de la compañía para conocer con profundidad de dónde procede la generación de valor, la segregación de los activos inmobiliarios o la constitución de un holding para mejorar la coordinación entre la propiedad y la dirección.



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